jueves, 2 de enero de 2014

Juegos pequeños, grandes juegos: Jericho

En Juegos pequeños, grandes juegos hablaremos de juegos que pueden entrar en tu ludoteca sin que tengas que preocuparte por el poco espacio que te queda en las estanterías, porque abultan muy poco, pero son muy recomendables. 


Autor: Thomas Lehmann
Publicado por: Abacusspiele y Uberplay
Año de publicación: 2006
Duración: 20 minutos
Número de jugadores: 3-5

El anterior juego pequeño, gran juego reseñado en The Black Meeple fue To Court the king. Tanto aquel como este Jericho son dos diseños de Tom Lehmann (Race for the Galaxy, Phoenicia, Pizarro and Co.).

Jericho es un juego sencillo, compuesto únicamente por 110 cartas y caracterizado básicamente por una interacción tremenda y un puteo constante.

Cada jugador tiene en su mano 5 cartas (en la primera ronda, 4 en la segunda y 3 en la tercera) y en su turno debe jugar una carta de su mano para hacer una de las siguientes acciones:

- Añadir boca abajo una de sus cartas de la mano a la reserva general. 

- Jugar una carta de muro en su zona de juego. Si es un muro de un color ya iniciado lo amplía. Si es un muro de un color no iniciado, empezar la construcción del muro de ese color recién jugado.

A puntuar
- Jugar una carta de trompeta. a) sobre un muro que tengamos en construcción b) eligiendo un color de muro que no poseamos. Tras jugar una trompeta se eliminan de la mesa la o las cartas de valor más alto de ese color y se ponen en la reserva general boca abajo. Vamos, que juegas una trompeta y revientas las cartas más altas de ese color que haya sobre la mesa. Haciendo amigos.

El juego se juega en tres rondas. Cuando sale una carta de puntuación se procede al recuento y se procede al puntaje: se muestran las cartas de la reserva general y quien tiene el muro más grande de cada color se lleva las cartas de la reserva de ese color (por ejemplo, quien tenga el muro marrón más portente -suma de sus cifras- se lleva todas las cartas marrones del montón central, es decir, de la reserva). Cada carta es un punto al final de la partida  (al final también las cartas de valor uno construidas valen un punto) y quien tenga más puntos gana.

La trompeta de los coj**es
Jericho es un pequeño gran juego bastante infravalorado. Dentro de la categoría de fillers merece una puntuación alta. Estamos ante un juego sencillo de explicar y con muchísima interacción. De hecho, el quid de la cuestión en Jericho es que es un juego porculiano, lleno de maldad y destrucción en el que debemos jugar las cartas gordas en el momento oportuno y, sobre todo, jugar las trompetas de la forma adecuada para reventar los muros de los demás. 

Eso de tener que pensar cómo hacer más daño es algo que me pone loco.

Como pequeña pega apuntar que su número ideal de jugadores es tres o cuatro y a cinco pierde parte de su gracia porque se convierte en un caos importante.

Pequeño, sencillo, barato, interactivo y maligno. ¿Qué más se le puede pedir a un filler?

Por todo lo dicho, Jericho es un juego altamente recomendable. 




2 comentarios:

  1. Jericho cumple la definición perfecta de filler, me alegro que te haya gustado tanto y que le des vida. De todos modos, para mi el rey es el Toma6 :P

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