domingo, 16 de julio de 2017

Reseña: Frutas Fabulosas


Autor: Friedmann Friese
Publicado por: Edge
Año de publicación: 2017
Duración: 20 minutos
Número de jugadores: 2-5 
Mecánica: colección de sets, colocación de trabajadores y gestión de mano 

Hace un par de semanas reseñábamos un estupendo juego de Edge que nos había entusiasmado. Vamos hoy con un nuevo juego de Edge y comprobemos si este Frutas Fabulosas de Friedmann Friese mola tanto como aquel Ethnos de Paolo Mori.



Componentes

240 cartas de acción/zumo tamaño Dixit numeradas del 1 al 59, 72 cartas de fruta, 7 meeples de animal, y unas cuantas losetas de cartón.

Todo muy correcto y de calidad, con unas ilustraciones feas, pero graciosas y apropiadas al juego: Sin embargo, en ningún caso queda justificado el precio de 35 € de venta al publico.

El juego

Ganará la partida de Frutas Fabulosas el primer jugador en conseguir un número determinado de cartas de zumo (depende del número de jugadores).

Al principio de la partida se ponen a disposición de los jugadores las 24 primeras cartas de la baraja de acciones. El resto de cartas se apila boca arriba en el centro de la mesa. De cada uno de los números, es decir, de cada una de las cartas de acción, hay 4 copias (a excepción del número 59, del que hay 8 copias). Al preparar las partidas, las cartas del mismo número se apilan unas encima de otras así que puede haber pilas con un máximo de cuatro cartas.

Así, en cada partida habrá un mínimo de 6 acciones disponibles.

Cada una de las cartas tiene un coste de adquisición (un coste en cartas de fruta para hacer zumo) y, además, una acción asociada a la carta. En su turno, el jugador activo coloca su meeple en una de las cartas de acción (si está libre sin coste, y si hay otros jugadores pagándoles a esos jugadores una carta de fruta a cada uno) y ejecuta una de estas dos acciones: o bien compra el zumo pagando su coste en cartas de fruta que tenga en la mano, o bien realiza la acción de la carta. Estas acciones de las cartas permiten robar cartas de la pila, robar o intercambiar cartas a los demás jugadores, etc. Básicamente ofrecen formas de interactuar y de conseguir las cartas necesarias para hacer los zumos.

Cada vez que pagamos el coste de la carta y hacemos un zumo, nos llevamos esa carta y así conseguimos uno de los puntos necesarios para ganar la partida.
Al comprar una carta, colocaremos en la mesa la primera de la pila boca arriba, de modo que vuelva a haber 24 cartas en activo. Puede ser que la nueva carta ya tenga una copia en la mesa (en ese caso se apila sobre la/s preexistente/s) o bien que sea la primera vez que vea mesa, en cuyo caso se inicia una nueva pila con esa acción.

Cuando un jugador consigue los zumos necesarios para ganar la partida ésta finaliza de inmediato y las cartas compradas se retiran del juego. La siguiente partida empezará tal como acabó ésta. Debemos guardar las cartas de acción disponibles por separado para poder empezar tal como acabamos. 

De este modo se crea una especie de "modo campaña" y se genera un efecto sorpresa en los jugadores, sobre todo en los más pequeños, que estarán deseando saber qué animal está por salir y qué acción nos permitirá realizar.

Las cartas con su coste de frutas al pie
Y la acción descrita en el texto y en el título

Opinión

A pesar de su sencillez extrema Frutas Fabulosas es un juego con la chicha suficiente para que los jugones puedan jugar con la familia sin morir de aburrimiento. 

Sus mecánicas de toda la vida no impiden que el juego resulte fresco y agradable, con una sensación de originalidad muy reforzada por ese modo campaña que le da un aire divertido e innovador. En su primera partida (luego el efecto sorpresa se perderá) los jugadores van a estar atentos a qué nuevo animal sale a la mesa y qué nueva acción nos va a permitir realizar.

Las partidas pueden ser muy diferentes según las cartas (y en consecuencia las acciones) que se vayan eliminando de la partida. Una vez se han comprado las cuatro cartas de una acción ya no será posible volver a realizar dicha acción.

El juego tiene una duración muy ajustada a lo que ofrece. En 20-25 minutos de partida tenemos un filler entretenidísimo, con bastante azar y con una interacción que no puede molestar a nadie porque es de ida y vuelta.

Todas estas sensaciones positivas quedan reforzadas por el efecto sorpresa y el modo campaña que va a durar hasta que se le dé la vuelta al mazo de acciones, pero eso va a ser después de muchas, muchísimas partidas.

Estamos en definitiva ante un familiar estupendo que cumple con su cometido y que tiene, como única pega, un precio de 35 € que quizá debería ser un poco más ajustado.

En casa ha triunfado.

Hasta la próxima reseña.

2 comentarios:

  1. Es interesante el detalle de la colocación de trabajadores, que provoca que a mas jugadores haya mas tensión, ya que es mas "facil" verte obligado a pagar la penalización por acción ocupada. A 2 jugadores puedes escaparte aguantando 1 turno ejecutando una acción intermedia. Muy apañao y eso, un filler de cartas (con muchas partidas) a perdio de eurogame medio de hace unos años.

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  2. No puedo estar más de acuerdo con todo. Gran compra aunque el precio es caro, sí.

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